Una ilusión que rompe la desasosegante rutina
una creencia en ese «algo» para no morir a destiempo
un deseo que sabe a pino y a hierba mojada
un respiro, un aspirar ese aire de montaña o de mar
En este largo caminar... eso nos salva y alienta...
Ese «esperar», ese anhelo aún no cumplido, aún no aplacado
Ese correr tras quimeras por las esquinas de la vida
Tras besos aún no encontrados y no saboreados
pero vividos en secreto por anticipado, en secreto y a oscuras.
Hay un no sé qué de destello y fulgor en tu mirar
y a la vez un qué sé yo de vago, hilarante y temeroso
Hay un claro haz de luz y de viento tenue al pasar
y también un bello anhelo de paz contenida, de tibio vivir
Hay tardes como ésta, tan suaves, tan verdes de gentes
y un claro propósito de miel dispersa en las salas
Hay éxtasis quedos y agobios bellos
pero por sobre todo, bien mío:
hay candor, ternura, esperanza y promesa
hay duda esclarecida, romanzas y goces al alba.
©Gustavo Bonelli Vásquez
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