miércoles, 7 de marzo de 2018

REALIDAD

Yo ya no soy dueño de mis realidades,
sino de bondades donde reposa tu alma.
Yo ya despedí mis suelos
porque envejecieron, murieron
y se rieron aun yertos, de mí.
Tú ya tienes mi báculo, mi espada y corona,
con ellos has construido metálico traje
para obsequiarme el más bello sobrepelliz,
aquel que vestí la otra noche en tu alcoba
ése, con el que tú, supiste hacerme feliz.
Hoy yazgo horadando en la nada y encuentro
tu amor que cual daga traspasa mis tuétanos
con artera y certera destreza de arquero.
Ese lance carcome mis órganos
y me hace temblar de agonía sombría,
me destruye y agobia
mas, aun así, permite que ría...
Hoy luzco en la playa tus divinos trajes
y lo que me reconcome hasta ayer, ya no es más.
"Te adoro", me han dicho tus ojos.
"Te extraño", me ha hablado tu boca.
"¡Mi todo!", gritóme tu ser...
Y yo ante ello, transfigurado y devoto
me he vuelto un todo enamorado,
girado ardiente, hacia tu mirar
y en tus pupilas he visto las mías
y en tu boca tibia, he aplacado mi sed!

© Gustavo Bonelli Vásquez
Todos los Derechos Reservados

domingo, 4 de marzo de 2018

BÚSQUEDA POSTRERA


Me aferro a tu alegría diurna
a la calidez de tu voz
al vaivén sutil de tu pelo
y de tus tiernas caderas en flor.

¡Quiero que esta vida sea de verdad!

Me aferro al encanto de tu feminidad
al glorioso culminar de tu vientre
a tus pies tornasolados de musa
al colorete que no usas
y al rimel inquieto de tus pestañas.

Me aferro a tu vida taciturna
a la explosión de tus dientes
al discurrir de tus dedos
y al tocado hecho de hilachas,
que refleja tu augusta mejilla...

Me aferro a tus besos melosos
a tus labios que buscan mi boca,
cual si fuera una oración postrera.
A tu conciencia de ti y tus aromas,
aquellos que sorbes en la quietud de la tarde.

Me aferro a los globos que lanzas
confiada en tu espacio,
al danzar cadencioso de extraños bailes
que regalas en medio de mi soñar
a mi yo...

Me aferro pues, a tu risa,
a tus ojos de diosa
y al encanto fresco de tu mirar;
cual si fuese por fin verdad
que más nunca hemos de morir!

©Gustavo Bonelli Vásquez
Todos los derechos reservados