Eres calma dulce de primavera
deseos contenidos de otoño;...
mis recuerdos te visten de negro
de doradas guedejas que danzan al viento
Tu blonda mirada es recóndita paz
encontradas ansias de un ayer en tinieblas;
tus gestos me hablan de mañanas frescas
y pobladas tardes en sombrías cabañas
Eres cual pacto cercano entre Dios y los hombres
cual deleite rayano en ditirámbico trance
embriagas mi sien y trasciendes mi anhelo
socavas mil veces mi velo y mis ansias
¡Oh musa bendita, pueblas mi mente!
los púlpitos ciegos de Dionisos te hablan
de ayeres benditos y plácidos prados
de mañanas turbias y goces profundos
Y en tanto... mis lápidas blancas aún gimen
mis negros pesares te llaman
y un sinfín de recuerdos te claman:
¡no olvides jamás nuestro dulce convite!
©Gustavo Bonelli V.
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