lunes, 19 de noviembre de 2018

ODA AL FUEGO (Por Gustavo Bonelli)


Fuego abrasador
encendedor de pasión
vives en mi entraña;
desde que era niño
siempre te reconocí.

Ollar caliente
te atisbo en mis batallas
en los arreboles de mis tardes
de soledad.

Te hallé en la gélida montaña
en los riscos
frente al Báltico y en Dover
te encontré en un bosque helado,
en Panonia y en Bohemia.

Compañero de mañanas claras
de trópicos mal nacidos
en vaivenes de hamacas
en guajiras tierras y selvas llanas.

¡Oh fuego eterno, ternura fiel
bendita cosa, dulce miel de boca.
Arrullo eterno de mi alma,
musa eterna y tierna hondura
do reposa mi ansia loca!

Eres como yo,
pues retienes en tu esencia
frescura insolente,
acre sabor de boca.
Eres como yo,
pues clamas y deambulas
y no hieres con tu flama.

Fuego poderoso
almíbar cadencioso
cubre cada parte de tu par
y no olvides protegerme
con tu luz, pues ella trae
nuevos trajines y regios gozos.

¡Pues en tu esencia
hallo su cabello y su fragancia,
su dulce hálito y sus labios rojos!

Gustavo Bonelli Vásquez
Todos los Derechos Reservados

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